Mi ascenso

JEAN PIERRE LOSTE PARDO

A los 3 años y medio me uní a esta academia pensando que iba a ser algo así como las películas de karate, pero después de que vi todo lo que el  taekwondo implica me di cuenta de que no es solo un deporte si no que es una forma de vida que yo quería aprender y practicar.

En mi primer ascenso al salir del dojang y reunirme con mi familia sentí una felicidad con nervios y algo de sorpresa, ese cinturón que decía que era  1 grado mayor me planteo una meta:

Llegar al cinturón negro decimo dan.

La primera vez que tuve la oportunidad de ir a un campamento solo  tenía alrededor de 7 años, para ese entonces ya era un cinturón  azul, el campamento fue en la Vega lo que está relativamente lejos por lo que yo creo que significa cierto grado de responsabilidad que asumí y superé gracias a esta disciplina. 

Además de campamentos he ido también a un fogueo, uno o dos campeonatos y próximamente iré a una clase para negros y avanzados.

Hoy en día soy cinturón rojo lo que significa que estoy a dos grados de ascender a cinturón negro, otra cosa es que creo que lograré hacerlo antes de los doce meta que me establecí en el cinturón franja verde.

Los valores de esta arte marcial: integridad, cortesía, perseverancia, autocontrol, espíritu indomable, ciencia, arte y amor  me han ayudado en mí día a día y siempre intento cumplirlos. 

Gracias

JUANA GARCÍA P.

Entré a Fudam cuando tenía 7 años y jamás me hubiera imaginado que llegaría hasta este punto.

 

Durante el proceso me desanimaba mucho porque yo nunca me sentí flexible, ni hábil, ni rápida. Varios asensos de grado fueron bastante duros para mí, ya que yo no podía patear alto, combatir me daba terror o se me olvidaban las figuras, me hacía sentir que no merecía el cinturón que me estaban dando y que quería renunciar.

 

Pero, con el tiempo descubrí que el taekwondo no era solo dar patadas y puños, si no que era un estilo de vida, el cual me hizo ser mas segura de mi misma, con ganas de hacer las cosas con toda la actitud posible. Gracias a todo mi camino en el taekwondo tengo un espíritu indomable que nunca se rinde, soy mas noble y perseverante en lo que haga.

 

En mi examen de cinturón negro me di cuenta de que todo el esfuerzo había valido la pena, de que sin importar de cuantas veces había querido tirar la toalla seguía ahí, aprendiendo y con todas las ganas de mejorar y de seguir adelante.

 

Hoy tengo 15 años, la disciplina y los valores que me ha inculcado el taekwondo hacen parte de la persona que soy hoy en día, espero seguir aprendiendo y mejorando en todos los sentidos. ¡Gracias Fudam!

Mi vida en el Taekwondo

MEGAN VALENTINA AGUDELO SUAREZ

Yo empecé a entrenar siendo una niña y con el pasar del tiempo me convertí en una mujer, y se con certeza que la persona en la que me he convertido tanto por mis logros personales como los académicos y laborales, se lo debo en gran medida a la formación deportiva que he tenido desde los 17 años junto con el Gran Maestro Hugo, el Maestro Junior y los demás profesores.

 

Fudam ha sido un segundo hogar para mí, un sitio en el que he aprendió que es la constancia, que es tener un espíritu indomable y sobre todo, donde he entendido que mi mayor límite he sido yo misma y por eso cada día he procurado ser mi mejor versión

 

Taekwondo para mi es más que un deporte, es una decisión que tomo todos los días, pudiendo hacer otras actividades, o pudiendo tomar otros caminos buenos o malos, desde la primera vez que entre hasta el día de hoy mi elección ha sido y será taekwondo.

 

Yo empecé siendo una niña, y a la par de Fudam me convertido en una mujer con unos valores inquebrantables, poniendo por delante por supuesto a mi familia y a este deporte, puesto que me ha ayudado a crecer no solo en mi persona y en cuanto a los diferentes logros que he adquirido, sino que además constantemente me han impulsado por crecer en cuanto al conocimiento deportivo y espiritual.

 

Me siento afortunada de haber llegado aquí, pues puedo decir que cada una de las personas que ha pasado por mi vida, que me ha enseñado y me ha tenido paciendo en este proceso de aprendizaje me ha formado como una persona íntegra. Tengo la certeza que el crecimiento no parara, por el contrario, siempre he recibido apoyo e impulso de salir de mi zona de confort y no conformarme con lo que ya se o con la técnica adquirida.

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